El amor nace de los gestos del amor
¿Y el vino?
El vino nace del amor. Sin duda. Y si alguien se lo plantea, que pruebe una copa de 5 Fincas de Perelada, que le ayudará a refirmarse en dicha frase.
De entrada, tenemos a veces un falso temor de que cuando se nos presenta un vino de una bodega grande, estamos obligados a exigir más. En el caso que nos ocupa, es un craso error.
De entrada este vino me ha emocionado. Será porque lo tomamos a menos de 30 km de su lugar de producción. O quizás también, porque el nombre de Perelada lo llevo oyendo desde muy pequeñ. Cuando hace ya años, tomábamos champán (en vez de cava). mi padre siempre hablaba del Champán de Perelada. Ahora los cambio son tanto, que incluso los nombres cambian (en este caso seguro que para bien).
Pero volvamos al vino. He dicho que me emocionó. Pero de una forma regia. Siempre los vinos que ya prevés que son de una cierta categoría merecen un absoluto respeto. Pero este más. Para la ocasión, un buen arroz meloso con calamares fraguaron un matrimonio de éxito total. Se llamaban (el arroz al vino, y el vino al arroz) de una forma similar, y aquello solo podía acabar con un final feliz.
Y para los más sesudos. Se trata de un coupage de
Variedades:
- 42% Cabernet Sauvignon,
- 19% Merlot,
- 14% Samsó,
- 14% Syrah,
- 7% Garnacha Tinta,
- 4% Monastrell
Es una obra de ingeniería vinícola