Prepara tu bodega: compra vino blanco, rosado y tinto para todas las ocasiones. Por ejemplo, un aperitivo, en la terraza, en el jardín, la comida, una copita de vino con tu serie favorita, en un baño relajante, una cena especial o un vino para una larga conversación…
La temperatura, sí importa: un vino se va a expresar de distinta manera según la temperatura. Y hay unas más adecuadas que otras para disfrutar del vino en todo su esplendor. Por supuesto, en primer lugar están los gustos personales. Pero esta sencilla guía orientativa te puede ayudar:
- Blancos y rosados jóvenes: 8 º C
- Blancos dulces: 6 º C
- Blancos con barrica: 10-12 º C
- Tintos jóvenes, ligeros: 12-14 º C
- Tintos con crianza: 14-16 º C
La conservación es fácil: en casa podemos mantener el vino en condiciones fantásticas para su consumo con un poco de cuidado. Si contamos con una cava con temperatura regulada es perfecto pero si no, lo conservaremos en la habitación más fresca y si no podemos porque la calefacción central convierte nuestra casa en el Caribe, en el exterior si no hace calor. Una vez abierta la botella, un buen taponado asegurará su durabilidad unos días y si se cuenta con algún utensilio de vaciado de aire, mejor que mejor.
En armonía, mejor: el vino se disfruta más, bien acompañado. Un vino blanco con un aperitivo frugal, un rosado con ricas verduras, o pasta, o una pizza, un tinto con una hamburguesa de Ternera, unos ricos Pimientos del Piquillo … Eso sí, las reglas las pones tú. A tu gusto.
Movimiento slow: el vino es tiempo. Tiempo para disfrutar, tiempo para conversar … el vino necesita tiempo, para abrirse y contarte su historia. Disfrútalo lentamente, de manera responsable, para captar todos sus matices y en compañía, mejor.