Tranquilos. Ya ha pasado todo. El tsunami de Navidad (gastos, comilonas, encuentros, recuerdos, decoraciones, gente (mucha gente)… ya es historia. Volvemos a la más que necesaria rutina y normalidad.
Y nos quedan algunos recuerdos. A mi de los vinos y cavas probados con más o menos fortuna en los resultados.
A destacar: El cava Meritum Gran Reserva de Freixenet. Lo reconozco. Lo encontré a través de una oferta, y a pesar de que mi gusto con los cavas va por derroteros muy diferentes, lejos de las grandes marcas, creo que es de justicia reconocer pequeños descubrimientos. Y ahí está. Un cava de origen «normal» (xarel·lo, macabeu, parellada) pero que su largo tiempo en botella lo convierte en especial. Muy bien estructurado en boca, seco, elegante, complejo, debido al referido prolongado envejecimiento en botella. Aparecen de nuevo las frutas maduras pero conservando fondos frescos y suaves que le confieren su particular bouquet
