El mundo del vino es fascinante por ser infinito. Y lo digo por experiencia propia. Hasta ayer, sabía que Gerard Basset había sido uno de los summilleres de referencia para todo el mundo del vino. Ayer, y gracias a un fantástico evento en un entorno incomparable como es El Palauet de Barcelona, asistí a la presentación de sus memorias que redactó cuando ya sabía de la irreversabilidad de su enfermedad.
Un acto cariñoso, íntimo, emotivo y por encima de todo, muy instruyente para todos aquellos, que como yo, desconocíamos muchos aspectos de su interesantísima historia.
El acto lo abrió Pedro Ruiz Aragoneses, alma mater del Pago de Carraovejas y de la Fundación Cultura Líquida (editores del libro), intervino también Cristina Alcalá, Ferran Centelles y familiares de Gerard.
Es de aquellos días que cuando te acuestas tienes una mezcla de sensación de satisfacción (por saber más) y de envidia sana (por saber menos).