Tuve la suerte y el privilegio de visitar una de las más antiguas bodegas de nuestro país. Pronto se sabrá y se confirmará pero estamos hablando de los siglos XVI -XVII cuando se empezó a a elaborar vino en Font-Rubí en una finca del Penedès. Poca broma, y por encima de todo mucho respeto.
Estuve con Joan, el actual factotum de la bodega J. Fortuny Fábregas. No solo transmitía pasión y conocimiento, sino por encima de todo, felicidad. Felicidad originada por el amor al trabajo. Una experiencia y un regalo que debido a mi amada profesión tengo la suerte de vivir momentos como éstos.
Después de un paseo por la actual bodega (pronto inaugurarán nuevas instalaciones), probamos varios vino y cavas:
- Blanc de Mayte, un crianza Xarel·lo impresionante en su concepción
- Macabeu Extrem, homenaje a las personas anónimas que ayudaron a lo largo de los siglos al manteniemiento de la viña y de la bodega. Un punto y aparte en los blancos, y recomendable de forma incondicional.
- Adriana Dos Vendimias. ¿Quién dijo que ya estaba todo inventado? Pues aquí se demeuestra que no, y que el talento siempre tiene un gran y exitoso recorrido.
- Barbas del Montsant, el único elaborado fuera de su territorio pero que un bien merecido homenaje al padre de Joan se lo merece. Montsant en toda su plenitud.
- Alex Cava Brut. Con la Iglesia hemos topado. Una burbuja que se hace cómplice en tu paladar, sin agresividad y con caricia de terciopelo.
- Bruno Cava Brut Reserva. Una joya. Un decir «aquí estoy yo»
Por la descripción de estos vinos se demuestra que fue una de aquellas visitas que recordaré mucho tiempo. Una bodega ancestral se merce, al menos, todo el respeto y apoyo de todos los amantes del vino.