Un plato exquisito y que desde aquí recomendamos encarecidamente que se siga la receta original italiana, ya que a pesar de los intentos de innovación en la receta, éstos nunca han superado la receta original.
Para un maridaje con afinidad, recomendaría un blanco joven, elaborado con Pinot Grigio de la zona del Veneto de no mucha graduación. Fresco y simple que combina perfectamente con el sabor de la carbonara auténtica.
Por el contrario, si usted desea un maridaje contrastado, con duelo de gallos en el gallinero, propondría un Chianti de la Toscana, Antinori Badia Passignano, un vino de paladar con taninos sutiles y perfectamente equilibrados con final largo, cálido y persistente
Y sobre todo recordar que debe optarse por la carbonara auténtica. Buen provecho