Kevin Kline a Meg Ryan en French Kiss)
Genial frase del guionista de la película de referencia. El vino es vivo. Tiene personalidad. Es obvio que cada copa de vino que nos sirven en esta vida es diferente. Tanto en el origen (hay vinos parecidos y similares, pero no idénticos), como (y lo más importante) el momento en el que nos lo tomamos. Y con quien nos lo compartimos. Y por qué lo catamos.
Adquirir nuestra personalidad es producto entre otras cosas, de las circunstancias que nos rodean. Todo, en mayor o menor medida, influye en nuestro crecimiento personal, tanto lo mejor como lo peor de nosotros mismos. Como seres sociales que somos y que interactuamos con los demás, poco a poco se va forjando nuestro carácter.
En el vino opino que sucede lo mismo. El vino es vida, es territorio, es gente y es comunidad. Y estolo refleja desde el nacimiento de la viña hasta la puesta en escena en una copa. Los grandes vinos son capaces de contar grandes historias, que son reflejo de todo el proceso hasta que lo catamos. Y esto, considero, es lo que sería prioritario transmitir. No lo olvidemos nunca. El vino, se hace más grande, conforme lo hacemos más grande nosotros.