He tenido el privilegio y la oportunidad de catar uno de los vinos más sorprendentes de este año 2022, y me atrevería a decir, sin temor a equivocarme, de muchos años atrás.
Además, acompañado del alma mater de la Bodega productora: Borja de Mesa de la Bodega El Lomo de Tegueste (Tenerife)
Vayamos por partes, porque esta ocasión merece comunicarse concienzudamente.
Después del descubrimiento de América, y en plena expansión del imperialismo español, zarpaban barcos desde nuestra península hacia el reciente “descubierto” continente americano.
Estos barcos iban cargados de armas, alimentos europeos, ropas de lujo, y otros enseres, destinados a “ocupar” los territorios americanos. Su última escala eran las Islas Canarias, donde acababan de proveerse de agua y otros aimentos perecederos antes de cruzar “el charco”.
Al volver dichos barcos hacia territorio europeo se llenaban de esclavos, además de materias ricas y recursos minerales totalmente expoliados a la gente que vivía allá, y que, supongo, no deberían entender absolutamente nada. Entre ellos el Oro, mineral siempre deseado.
Y explico todo ello para llegar al nombre del Vino: Qori, que en lengua quechua significa Oro. E incluso, la etiqueta del vino, si la frotas con la mano se queda impregnada la tinta dorada como recuerdo de lo quitado a tierras americanas y que se quedó en nuestro entorno.
Dicho esto, vayamos a lo que nos interesa. Este vino. De entrada, iba avisado por Borja porque insistió que iba a probar algo diferente. Yo que estaba en la Barcelona Wine Week, y ya había probado no sé cuántos vinos en dos días, pensé que era fruto de su imaginación. Pero no. Era totalmente cierto. El aroma me remitió de forma automática hacia las islas, territorio al que quiero con especial cariño. Era olor a Canarias. ¿Y a qué huelen las islas canarias? Pues a eso: sol, picón, malpaís, lava… y paraíso. Como cito en el título, aquello no era aroma. Era puro perfume.Y ya se sabe, quien domina el perfume, domina el corazón de las personas.
Desués de aterrizar, lo caté. No. Mejor dicho. Lo disfruté. Ya no sé ni lo que me contaba Borja. Simplemente me dejé llevar por el océano de sensaciones agradables a mi paladar. Describirlo sería limitarlo. E injusto. Amable lector, si ha tenido la paciencia de llegar hasta aquí, lo único que le puedo recomendar es que lo pruebe. Oro en copa.
Ahora, todavía con los recuerdos frescos, pienso en mis queridas islas. En una terraza dando cuenta de una sama roquera o de un cherne. Al horno. Con unas patatitas y coronado con el Qori. Un privilegio de vino.
- Equilibrio 23 / 25
- Profundidad 20 / 25
- Intensidad 24 / 25
- Complejidad 25 / 25
- TOTAL 92
BLANCO
Uva: Gual; Verdello; Vijariego Blanco y Albillo Criollo
BODEGA EL LOMO, Tegueste, Tenerife, D.O. Islas Canarias