La poda en verde consta de cuatro partes diferenciadas y que se realizan con este orden:
- Espergura o despampanado: eliminación de los pámpanos de yema que no aportan nada a la cepa
- Despunte: recorte de los sarmientos de la cepa
- Deshojado: eliminación de las hojas basales de los pámpanos
- Aclareo: supresión de brotes que nacen en los pulgares de la cepa
Con la poda en verde, además de mantener la cepa en el estado óptimo para favorecer su correcto desarrollo, el viticultor hace una selección de los racimos que quiere que crezcan en el futuro. Este trabajo es muy importante, ya que la cosecha dependerá de la buena elección que se haga ahora. Además de los pámpanos de yemas dejados conscientemente, nacen otros que solo producirían racimos de baja calidad. Así es que lo mejor es cortarlos, ya que no llegarían ni siquiera a madurar.
También es la hora del despunte, deshojado y aclareo. Todos estos pasos quizás son poco conocidos, pero no por eso, menos importantes. Al contrario, esto ayudará a que la planta esté más aireada y tenga mejor entrada de sol, lo que evitará excesos de humedad que solo la perjudicarían. Se puede decir que la poda en verde, con todas y cada una de sus tareas, pondrá la base para conseguir una buena cosecha de uva. Pero, además, ayudará a prevenir posibles enfermedades de la viña que podrían producirse más adelante, cuando las temperaturas sean más altas.
Sí, la viña en primavera requiere mucho trabajo y cuidado. Trabajo que, por cierto, se realiza básicamente de forma manual, ya que el criterio experto de la persona que realiza este trabajo, es la garantía del éxito posterior. Como muchas de las actividades que necesita la vid en todo su desarrollo, la mano del hombre/mujer, marca la diferencia para conseguir el mejor resultado.