Aun estoy impactado por la cata inmersiva a la que tuve la oportunidad y privilegio de poder asistir. En Barcelona, en el Centre d’Arts Digitals (@idealbarcelona), la tradición, la celebración de los 100 años de Cavas Perelada (@c_perelada) y la innovación mediante una mise en place futurista e innovadora, se nos ofreció catar el espumoso Gran Claustre, extraordinario cava perfectamente equilibrado, un blanco L’Obsequi, que como su nombre bien indica es un regalo para el paladar, el tinto Cinco Fincas que es un cupage con raíces muy ampurdanesas, el tinto L’Amfitrió que en mi opinión fue el gran triunfador de la velada y para acabar un Gran Claustre que actuaba como hermano mayor.
Un día para recordar. Un día para amar aun más, al vino. No fue solamente la cata. Fue el entorno, el escenario. Fácil de disfrutar, complejo de compartir al tratarse de un tema esencialmente sensorial. Lo que sí tengo claro que difícilmente olvidaré.
Perelada: Historia e innovación. En este caso matrimonio fácil y de gran contenido. Vino, mar, viento, historia, literatura, Dalí y El Quijote. Dará mucho que hablar.