Joan Manuel Serrat
Ayer fue día de San Valentín conocido por ser presuntamente el día de los enamorados.
El vino acerca corazones, arranca complicidades, promueve acercamientos, investiga personalidades y comparte alegrías.
El vino compadece penas, ahoga desengaños, y despeja malos augurios.
El vino no es santo como Valentín, ni imaginario como Cupido. Pero es intermediario entre relaciones.
Celebremos los amores, y cantemos las amistades. Riamos sus momentos y lamentemos su falta.